¿DEBEMOS HUIR DE LAS GRASAS?

A finales de los años 80 se comenzó a etiquetar a las grasas como perjudiciales, cometiendo el error de englobarlas a todas estas en el mismo saco. Todo alimento que llevase grasa era poco saludable y había que huir de él, entonces, la industria alimentaria aprovechó para dar a conocer su gama light o 0% que a día de hoy sigue inundando los supermercados.

 

Era la época de no consumir huevo dos días seguidos (se pensaba que elevaba los niveles de colesterol “malo” LDL), de cambiar la mantequilla por margarina y de tomar leche desnatada. Nos hemos pasado casi medio siglo consumiendo productos desprovistos de su grasa natural pero que estaban repletos de azúcares libres (era peor el remedio que la enfermedad). A día de hoy la situación está siendo revertida gracias a la divulgación que realizan numerosos compañeros de profesión.

¿Qué ocurre realmente con las grasas?

Como hemos comentado anteriormente, se ha creado una fobia/miedo alrededor de este macronutriente lo que le ha conllevado a verse desplazado de la dieta de la mayoría de la población. Debemos tener claro que consumir grasas cardiosaludables nos va a aportar numerosos beneficios:

  • Proporcionan ácidos grasos esenciales que ayudan a administrar vitaminas solubles en grasa (A, D, E y K) y a mantener las hormonas sanas.
  • Fuente valiosa de energía.
  • Los ácidos grasos omega 3 (pescado azul, nueces y semillas) pueden reducir los triglicéridos y la inflamación así como elevar el “colesterol bueno” (HDL) además de reducir la presión arterial alta.
  • Reducir la inflamación celular. Las grasas omega-3 parecen ayudar a minimizar el riesgo de enfermedades, incluyendo tener altos niveles de insulina, presión arterial alta y obesidad, que pueden conducir a diabetes tipo 2 o a una enfermedad cardíaca.
  • Los tres tipos de ácidos grasos en Omega-3 (ALA, EPA, DHA) parecen tener un impacto positivo en la salud mental, el estado de ánimo y la depresión según este reciente estudio (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24915543).
  • Actúan como medida de protección.

 

¿Cuáles son grasas cardiosaludables?

  • Aceite de Oliva Virgen Extra
  • Pescado azul
  • Nueces
  • Semillas de chía y lino
  • Aguacate
  • Huevo
  • Lácteos enteros
  • Aceite de coco (por su alto contenido en triglicéridos de cadena media, estos se oxidan directamente en el hígado evitando su almacenamiento como grasa corporal)

¿Cuáles de ellas son perjudiciales para la salud?

Debemos alejarnos de aceites refinados, grasas hidrogenadas o saturadas que encontramos en bollería, carnes grasas, embutidos, aceites de origen vegetal (exceptuando el de coco) y las que encontramos en aperitivos y snack.

¡Di sí a las grasas, pero siempre cardiosaludables!