10 MOTIVOS PARA FOMENTAR HUERTOS ESCOLARES

Día Nacional de la Nutrición cuyo lema este año es: «Este año, te llevamos al huerto«. La inclusión de huertos escolares en los centros educativos está siendo una tendencia en auge. Esta iniciativa cada vez tiene más seguidores por todos los beneficios que supone trabajar en el huerto escolar para la educación de los más pequeños, y por esto queremos ofreceros 10 motivos para fomentar la educación de los niños en los huertos escolares. El estilo de vida actual nos está alejando de los patrones de dieta mediterránea y ha descendido el consumo de frutas y verduras, con un mayor consumo de alimentos procesados ricos en energía, azúcar y grasa junto a una insuficiente práctica de actividad física. Especialmente está afectando a la población infantil, que ha ya ha alcanzado cifras de obesidad infantil preocupantes, casi cuatro de cada diez niños andaluces tienen sobrepeso u obesidad según datos recientes proporcionados por la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica (SEEP). Estas cifras nos llevan a reflexionar sobre medidas para prevenir el aumento de obesidad infantil, entre ellas el desarrollo de huertos escolares, que se plantean como una buena estrategia para incrementar el consumo de vegetales entre los más pequeños.

Estos son los 10 motivos para fomentar el desarrollo de huertos escolares:

  1. Los niños conocen el origen y procedencia de los alimentos vegetales. Es frecuente que no conozcan de dónde vienen los vegetales, ni las diferencias entre verduras y hortalizas. Las verduras son los alimentos que tiene hoja verde y los tallos tiernos, como por ejemplo las espinacas, la lechuga, el apio o las acelgas. También se consideran verduras las partes verdes de las hortalizas. En cambio, las hortalizas son el resto de productos cultivados en el huerto, que incluye los bulbos, semillas, frutos, tubérculos, inflorescencias, etc., como por ejemplo los calabacines, berenjena, pimiento y zanahoria.
  2. Fomenta una alimentación más variada y equilibrada. El hecho de cultivar sus propios vegetales y llevarlos a casa les motiva a probarlos e incluso a participar en la elaboración de los platos con los ingredientes que ellos mismos han recolectado.
  3. Conocen alimentos locales y de temporada, que está en consonancia con los principios de la dieta mediterránea. Según el clima y la época del año del lugar, se plantan los productos de temporada y los más cercanos, lo que les ayuda a conocer la gastronomía local.
  4. Supone una tarea de educación medioambiental, los niños aprenden a respetar y ser responsables con el entorno. El contacto con la naturaleza, conocer el ecosistema del huerto (como descubrir e identificar los diferentes componentes como la flora, fauna, suelo, clima, etc.) y las tareas propias de la agricultura les desarrolla conciencia sobre el medio ambiente.
  5. Genera interés en los niños por la comida sana. Aprender cómo cultivar alimentos sanos le resulta la curiosidad sobre alimentación sana y se acostumbran desde pequeños a las frutas y verduras.
  6. Participan en una actividad en grupo y aprenden a trabajar en equipo. En cada grupo de alumnos se necesitan los unos a los otros para que el trabajo sea más eficiente y se benefician de la experiencia y conocimientos que tienen unos y otros.
  7. Aprenden normas básicas de higiene de los alimentos. Lavado de manos antes y después de trabajar y la importancia de la limpieza de los utensilios con los que se trabaja.
  8. Entienden las propiedades nutritivas de los vegetales. Las frutas, verduras y hortalizas como grupo de alimentos tienen un elevado porcentaje de agua, y aportan vitaminas y minerales esenciales, como vitaminas del grupo B, vitamina C, calcio, magnesio, hierro, potasio, etc. por lo que son muy saludables y ayudan a prevenir enfermedades.
  9. Los niños están ilusionados y motivados por cultivar sus propios alimentos. Es una actividad lúdica y entretenida donde los niños participan activamente reforzando su educación emocional.
  10. Conocen todos los procesos que supone la agricultura (rueda del trabajo). Los niños pasan por todas las fases de trabajo que supone un huerto, desde preparar el suelo, regar, plantar y trasplantar, los insectos, evolución del desarrollo de la planta, cocinar los alimentos, incluso actividades de reconocimiento de trabajo en el huerto escolar.
Tomado de: http://www.fao.org/ag/humannutrition/21877-061e61334701c700e0f53684791ad06ed.pdf]]>