10 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA MANTENERTE SALUDABLE ESTE VERANO

  • ¡Bien hidratados siempre! Recuerda tener agua bien fresquita en la nevera como primera elección. Otra opción son los refrescos caseros, que puedes preparar tú mism@ con agua o agua con gas y frutas y hierbas aromatizantes: limón, sandía, hierbabuena, menta, fresas, frutos rojos, pepino, anís estrellado, cardamomo, ¡todo vale!. También incluir gazpacho, frutas y verduras nos ayuda a mantenernos hidratados.
  • Crea un horario de comidas regular. Durante las vacaciones y en verano, es importante mantener unos horarios similares en las comidas principales para evitar picoteos y comidas copiosas que favorecen que ganemos peso durante esta época.
  • Al salir a comer o cenar fuera, ¡evita llegar con hambre y equilibra tus comidas! Si llegas con hambre cuando te sirvan la comida devorarás, adelántate y toma una fruta o puñado pequeño de frutos secos para calmar ese gusanillo antes de ir a comer, evitarás comer en exceso y acabar con todos los picos y pan tan tentadores que tienes mientras esperas que llegue la comida. Elige un sitio que ofrezca alternativas saludables, cada vez hay más opciones fuera de casa, y para equilibrar tus comidas, incluye siempre algo vegetal: salmorejo, gazpacho, ensalada, tomate picado, champiñones o setas a la plancha, espárragos, berenjena o calabacín.
  • ¡Sigue tomando legumbres! Las legumbres también se pueden tomar en verano, aunque aún pensamos sólo en los platos de cuchara, hay otras formas de prepararlas: podemos preparar ensaladas con garbanzos, lentejas, y alubias como otro ingrediente más, deliciosas hamburguesas vegetales, o hummus (untable de garbanzos) con palitos de zanahoria, pepino, pimiento o calabacín.
  • Helados, ¡mejor caseros! El calor nos hace recurrir en verano frecuentemente a los helados para refrescarnos, ¿cuál debo elegir? Debo saber que cuanto más ricos en crema y nata, más energía nos aportan y los que son a base de hielo suelen ser más ligeros. De todos modos, suelen tener bastante cantidad de azúcar y su consumo debe ser moderado. Es preferible que los hagamos en casa, uno de los más populares es el helado de plátano. Puedes prepararlo con un plátano previamente congelado, junto a un vaso de leche semi, triturar y añadir después una cucharada de nueces y seguir batiendo. Conservar en la nevera hasta que el postre o merienda.
  • Comparte el postre. Llega la hora del postre y estás medio lleno, pero no te puedes resistir a probar ese riquísimo postre que viste desde primera hora y captó tu atención. Reflexiona y pregúntate, ¿realmente tengo hambre para comerme un postre entero? ¿lo quiero, lo necesito? Seguramente ya estés bastante saciado y la mejor opción sea compartirlo para probarlo sin que tu digestión se convierta en una pesadilla.
  • Visita el mercado y compra fruta y verdura de temporada. Con las jornadas reducidas de verano y las vacaciones tenemos un poquito más de tiempo perfecto para invertir en visitar el mercado de tu ciudad, conocer productos locales y comprar frutas y verduras de temporada que inundan de colores las plazas: sandía, melón, ciruelas, higos, melocotones, nectarinas, cerezas, paraguayos, tomate, pimiento, pepino, berenjena, calabacín, etc.
  • Practica el mindful eating. En verano salimos fuera y probamos alimentos nuevos, formas de cocinar diferentes, ¡tómalo como una ventaja! Disfruta cada bocado, masticando lentamente y apreciando todos los sabores y texturas, observa cómo comen los demás, ¡te darás cuenta de lo rápido que van algunos! Esto te ayudará a ir más despacio y evitar seguir comiendo si ya estás saciado.
  • Incorpora ejercicio en tu día a día. Los largos días de verano son perfectos para salir a andar al paseo marítimo o por la arena, nadar, patinar o montar en bicicleta. En zonas turísticas suele haber mucho tráfico, valora ir caminando o en autobús, te mueves y contaminas menos.
  • Buenas prácticas en la cocina. Todos sabemos que en verano la vida útil de los alimentos es menor debido a las elevadas temperaturas, es importante tener en cuenta algunas medidas: después de cocinar, pasar a recipientes que faciliten enfriar la comida y guardar cuanto antes en la nevera, utilizar bolsas isotérmicas al hacer la compra y que el tiempo sea corto desde la compra hasta llegar a casa, y lavarse las manos antes y después de manipular alimentos. Son medidas sencillas que pueden evitar frecuentes intoxicaciones e infecciones alimentarias que tienen lugar en esta época del año.
  • Ahora ya tienes las claves para empezar un verano saludable, ¡a disfrutar! [gallery ids="16962,16960,16961"]]]>