En Agosto, ¡cuidado en la cocina!

Altas temperaturas, mala manipulación de los alimentos, y la forma de conservarlos son factores que influyen que favorecen y de esta forma prevenir molestas intoxicaciones e infecciones alimentarias que cada año se disparan en los meses de calor y nos pueden estropear el día de playa. Sólo teniendo en cuenta algunos consejos sencillos y simples podemos evitar que bacterias como la salmonella, E.coli o el anisakis hagan su propio agosto.

  1. La norma básica es mantener siempre la cadena de frío. Y esto comienza, ¡cuando vamos a hacer la compra! Si vas a comprar alimentos refrigerados o congelados, recuerda llevar siempre una bolsa isotérmica y cogerlos al final de la compra para que estén el menos tiempo posible fuera de la nevera o congelador, y en cuanto llegues a casa, ¡debes guardarlos los primeros! De esta forma evitamos que baje su temperatura demasiado y puedan proliferar microorganismos.
  2. Lavarse las manos y mantener una higiene adecuada es de sentido común, ¡pero muchas veces se olvida! Crear el hábito de lavarse las manos antes de cocinar, mientras cocinas y justo después de terminar, evitará que podamos contaminar la comida o que pasemos microorganismos de alimentos cocinados a crudos.
  3. Evitar el contacto de alimentos crudos y cocinados. También se le llama contaminación cruzada y es una de las formas de contaminación más frecuentes. Cuando guardamos los alimentos en la nevera, hay que procurar dejar todo bien tapado e identificado, y colocar separados los alimentos crudos de los cocinados. Por ejemplo, si dejamos pescado o carne y el exudado cae sobre la fruta o la verdura, en este caso sería contaminación directa. También puede ser indirecta si utilizamos la misma tabla, utensilios o cuchillo. Se deben lavar previamente o utilizar otros limpios.
  4. Cocina bien y calentar suficientemente los alimentos. Cuando cocinamos o fritos, es importante que la temperatura sea igual en todo el alimento incluido el centro. Se recomienda que las piezas sean homogéneas y no muy grandes para que se cocinen por igual. La carnes y pescados poco hechos o crudos son un caldo de cultivo de bacterias si la higiene previa no ha sido buena. En el caso de boquerones en vinagre y sushi el pescado debe estar previamente congelado mínimo 48 horas a -18-20ºC para evitar la contaminación por Anisakis y las hamburguesas deben estar completamente cocinadas. Se recomienda siempre que se alcancen los 65ºC en el centro del alimento. En el caso de frutas y verduras, se deben lavar para eliminar restos de tierra y posibles bacterias y después cocinar mínimo hasta los 65ºC.
  5. El huevo, máxima atención en verano. Hay que poner especial atención al huevo, uno de los alimentos más “temidos” del verano y bien conocido por la bacteria “Salmonella”. Es una de las infecciones alimentarias más frecuentes y conocidas que se caracteriza por un cuadro de vómitos y diarreas. En el supermercado encontramos los huevos a temperatura ambiente, al llegar a casa se aconseja guardarlos en la nevera, pero nunca lavarlos antes de usar si lo vas a dejar almacenados. Desechar cualquiera que presente grietas ysi están sucios, lo mejor es limpiarlos con un trapo suavemente y evitar que las cáscaras caigan en el interior del huevo. Al preparar comidas que contengan huevo (mayonesa, tortilla, pastelería) debe alcanzar los 65ºC y después refrigerar adecuadamente, nunca dejarla a temperatura ambiente. Si se hace una mayonesa, debe ser consumida inmediatamente por el alto riesgo de Salmonellosis.
  6. Descongelar, siempre en la nevera y recongelar, ¡nunca! Evita dejar los alimentos descongelando a temperatura ambiente, siempre la mejor opción es hacerlo en el frigorífico. Si lo haces en el microondas, se recomienda consumir los alimentos de forma inmediata. Y una vez descongelado, nunca se debe recongelar ya que favorece la proliferación de microorganismos y se pierden textura y propiedades de los alimentos.
  7. Limpieza diaria de la cocina. Es importante limpiar la cocina después de comer y evitar dejar bayetas húmedas porque son una fuente de contaminación habitual y en verano aún más, mejor usar papel de cocina.
  8. Asegurar y verificar las temperaturas del frigorífico y del congelador. La temperatura recomendada para la nevera son 4ºC para conservar de forma óptima los alimentos. Para que no suba es importante no tener a rebosar el frigorífico, además ¡ahorras energía!. La temperatura ideal del congelador son -18ºC.
  9. Si tienes dudas de que un alimento puede estar en mal estado, ¡no lo tomes! Si han pasado dos días desde que cocinaste, observa la textura, color, olor y prueba un poco antes de comerlo, a la mínima duda mejor no tomarlo (para evitar tirar comida a la basura es mejor planificar y hacer raciones adaptadas a cada comida y así no sobre).
  10. Cuando salgas a comer fuera, no consumas alimentos que estén a temperatura ambiente. Por ejemplo, si vas a un bar y ves que tienen la tortilla de patata fuera de la vitrina, desconfía y mejor elige otra tapa. En todos los bares y restaurantes deben tener los alimentos refrigerados para evitar posibles intoxicaciones alimentarias.
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